Por unas circunstancias o por otras, últimamente me rodeo de personas muy mayores con más experiencia vital que yo, a las que no sé si por mi condición de universitaria, de informática o de joven, les surgen dudas de tipo "tecnológico" siempre que están a mi alrededor.
Algunas dudas son el simple: ¿por qué no me funciona el mando de la tele? (siempre es por las pilas, sobre todo si tienes el mando metido en una bolsa de plástico), y otras son del tipo: ¿cuál es el PIN este que hay que decirle al teléfono pa' llamar? (hija mía, como no te acuerdes tú...)
Hace no mucho tiempo les di a un grupo de abuelillas un curso de informática, con el que podría rellenar como 8 posts sobre situaciones y comentarios surrealistas, por contar algunos:
- ¡Maestra!, (ya de por sí, perturbadora la nueva titulación que me han regalado), ¡maestra!, el portátil no se me enciende... creo que tiene que ver con la pieza que le quité el otro día.
- ¿Que pieza, Amparo?
- Esa negra como cuadrada de aquí abajo, que pesaba mucho y como vengo andando...
(Amparo había decidido que la batería del portátil era prescindible :p)
Lo de peor de todo es que al final, tras dos meses de curso sobre Windows, procesadores de texto, hojas de cálculo y conexiones a internet (con especial dedicación a cómo entrar en las páginas web de Paul Newman y Robert Redford), no se me ocurre otra cosa que decir que...
- Vamos a hacer el último ejercicio, tenéis el documento en el escritorio....
Antes de terminar la frase, tres de mis alumnas habían levantado el portátil para buscar un papel en la mesa... (sin comentarios)
Increíble pero cierto, ¿no hay días en los que miras a las esquinas y piensas: "¿qué mierda hago yo aquí?, esto es El Show de Truman, ¿verdad?"
Algunas dudas son el simple: ¿por qué no me funciona el mando de la tele? (siempre es por las pilas, sobre todo si tienes el mando metido en una bolsa de plástico), y otras son del tipo: ¿cuál es el PIN este que hay que decirle al teléfono pa' llamar? (hija mía, como no te acuerdes tú...)
Hace no mucho tiempo les di a un grupo de abuelillas un curso de informática, con el que podría rellenar como 8 posts sobre situaciones y comentarios surrealistas, por contar algunos:
- ¡Maestra!, (ya de por sí, perturbadora la nueva titulación que me han regalado), ¡maestra!, el portátil no se me enciende... creo que tiene que ver con la pieza que le quité el otro día.
- ¿Que pieza, Amparo?
- Esa negra como cuadrada de aquí abajo, que pesaba mucho y como vengo andando...
(Amparo había decidido que la batería del portátil era prescindible :p)
Lo de peor de todo es que al final, tras dos meses de curso sobre Windows, procesadores de texto, hojas de cálculo y conexiones a internet (con especial dedicación a cómo entrar en las páginas web de Paul Newman y Robert Redford), no se me ocurre otra cosa que decir que...
- Vamos a hacer el último ejercicio, tenéis el documento en el escritorio....
Antes de terminar la frase, tres de mis alumnas habían levantado el portátil para buscar un papel en la mesa... (sin comentarios)
Increíble pero cierto, ¿no hay días en los que miras a las esquinas y piensas: "¿qué mierda hago yo aquí?, esto es El Show de Truman, ¿verdad?"
1 comentario:
Si yo te contara.. jajaj venga te cuento..
Administro comunidades y las " personas mayores" son mas listas de lo que parecen, creo que intentan putearme con preguntas absudas ( perdón por la expresión) para luego decirme, gracias guapiña.. y reirse de mi cuando cuelgan jajajaj
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