domingo, 13 de febrero de 2011

La Pieza Que Sobra

Supongo que todos hemos abierto alguna vez algún objeto roto con la intención de "arreglarlo", y a casi todos nos ha pasado que después de un rato, hemos vuelto a montar el experimento en cuestión, que por arte de magia vuelve a funcionar y, para nuestro asombro, hemos exclamado:

- ¡Anda!, ¡¿y esta pieza de dónde era?!

Nadie sabe por qué pero siempre hay un elemento que se nos olvida en la reconstrucción (tuerca, arandela, tornillo, "chapita de color extraño"...). Pues bien, yo ayer fui "la pieza que sobra". 

Llevaba meses sin salir por "el ambiente" (sin salir en general, pero más aún por ahí), y ayer recibí 5 horas de suplicio en vena por no haberlo pensado y haber pedido llevar coche. Sólo entontré niñas, aún sin desarrollar, y mujeres de la edad de mi madre, de vuelta de todo. Una de éstas últimas se presentó a sí misma como "Chenoa, cuando tú vas, yo vengo".

Me coloqué en una escalera poco transitada con la idea de evitar refregones innecesarios y conversaciones vacías... ¿efectividad del plan? NULA. Vuelvo a ser "la nueva" y escucho la frase: "oye, tu cara no me suena", como unas 6 veces. Tras varias negativas amables y algunas sonrisas forzadas, empecé a quejarme... queja que, por lo visto, llega a oídos de "la destroyer".

"LA DESTROYER": dícese de la niña mona monísima del local, que sabe que lo es y por la que babea el resto, ella elige (2 ó 3 por noche) a las tías a las que permite que le bailen el agua y después de un rato "que la acompañen al baño". Anoche personificada en: morena, 21 años, 1.70, ojos preciosos y boca perfecta.

En fin, "Destroyer" se acerca y me dice:

- Te he escuchado llamar "pervertida" a la morena aquella.
- Sí, tranquila, es mi amiga, se lo digo cada día.
- Si quieres, yo te doy una clase de perversiones...
- ...Em.... no, gracias.

Y a partir de aquí, todas mis amigas se me echan encima al grito de: "¡¿pero qué haces?!". Porque aparentemente, quejarse por que no te dejen en paz es un delito. Aparentemente, el hecho de que una niña mona o unas cuantas, crucen el bar para hablar contigo te obliga a ser amable y dejar que te soben porque, aparentemente, es un honor.
Soy una creída y una estrecha, voy de diva y soy lo peor. Y después de muchos meses, me he dado cuenta de que en esto del "ambiente" soy la pieza que sobra, y todo funciona mucho mejor sin mí.

3 comentarios:

fiona dijo...

Hay días y días, y si no te nace ser simpática, que les den! Por muy destroyer que sean.

1besico!

Deman dijo...

Jejejeje! Como mínimo, está claro que no tenéis las mismas intenciones...
Lo que hace falta es que tú sepas qué pieza eres!!! Lo demás sí que sobra!

Petri dijo...

Tu si que eres destroyer .. :)))